Al igual que otras frutas de su especie, la naranja es
fuente de vitamina C, la cual es fundamental para el fortalecimiento de las
defensas del organismo e ideal para prevenir gripes y resfriados. Asimismo, ha
jugado históricamente importante papel en la prevención del escorbuto,
enfermedad que se caracteriza por hemorragias de pequeño y gran tamaño en piel
y encías, así como inflamación de folículos pilosos.
Asimismo, la vitamina C es necesaria para producir colágeno,
proteína decisiva en el crecimiento y reparación de las células de los tejidos,
encías, vasos sanguíneos, huesos y dientes, y para el eficiente aprovechamiento
de las grasas, por lo que se le atribuye el poder de reducir el colesterol. De
igual forma, este elemento vitamínico ayuda a una mejor cicatrización de
heridas y reducción del efecto de muchas sustancias productoras de alergias;
también colabora para contrarrestar problemas circulatorios y várices.
A ello hay que agregar que esta colorida fruta tiene
propiedades anticancerígenas, como lo demuestran varios estudios avalados por
el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, los cuales señalan que el
consumo masivo de jugo de naranja ayuda a reducir diferentes tipos de cáncer,
principalmente el de estómago.
Algunas propiedades adicionales son:
Aumenta la calidad de
los glóbulos rojos (células que captan el oxígeno y lo transportan a los
tejidos).
Regenera el cerebro y plasma sanguíneo (líquido en el que se
encuentran las células de la sangre).
Combate la artritis en general.
Actúa contra el asma y ahogos respiratorios.
Regula la presión sanguínea y evita mareos y vómitos.
Es antiespasmódica, es decir, contrarresta calambres,
palpitaciones y temblores corporales.
Ayuda a desinflamar ovarios, matriz, próstata, garganta y
encías.
Cura y evita inflamaciones del recto (hemorroides).
Fortalece al sistema nervioso central, pues es un
estimulante anímico contra tristeza, somnolencia y pereza.
Funciona como especie de controlador del dolor en riñones.
Facilita las funciones digestivas y evita el estreñimiento.
Fortalece a la dentadura.
Por otra parte, es bien sabido que tanto piel como flor de
la naranja, conocida como azahar, han sido tradicionalmente utilizadas en la
medicina naturista; la primera para el tratamiento de bronquitis crónica y la
segunda en forma de infusión para combatir estados de ansiedad y nerviosismo,
así como para conciliar el sueño.
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