Según este
sindicato los recortes afectan a la calidad asistencial de los pacientes; los
facultativos pierden hasta un 25% su poder adquisitivo; y se busca una
sanidad que mira la economía en vez de
calidad. Según el secretario general del sindicato Médico en Castilla-La
Mancha, José Luis Grau, la "situación es complicada, urgente y requiere
del sentido común de esta Administración", con la que "están
dispuestos a negociar y hay voluntad de diálogo".
Aunque la huelga no
entra en sus planes de momento, si se superan los límites se verán obligados a
hacerla.
Este sindicato,
que afirma que representa al 90% de los facultativos sanitarios de Castilla-la
Mancha", defiende ante todo "la dignidad del médico ante todo",
y está dispuesto "a sacrificar más derechos laborales y más derechos
retributivos".
En estos momentos
-apuntaba Grau- sin aplicar aún las medidas de la Ley de Medidas del Gobierno
regional, el deterioro en la calidad asistencial ya se nota. Así este médico
argumentaba que se están produciendo jubilaciones forzosas; nos cubren las
sustituciones ni el personal eventual, y además la Ley de Garantías del
Gobierno de Castilla-La Mancha se va a derogar, por lo que los plazos de atención
sanitaria en la misma ya no se van a cumplir.
En este sentido,
tal y como expresó Grau, ya se nota la "masificación en las consultas, por
lo que la calidad asistencial no puede ser la misma", ya que el tiempo
medio de 10 minutos en atención primaria por paciente se verá reducido al tener
un 30% más de pacientes. Por otra parte, entre las actividades que han
denunciado, se encuentra la discriminación de los pacientes, dependiendo de la
edad y del trabajo, porque tal y como explicaron, ahora no corre la misma prisa
operar de cataratas a un taxista que a una señora de 75 años.
El presidente del
Sindicato Médico, Ángel de la Guarda, señalaba que "el médico está vejado
porque tiene que responder ante el paciente", cuando ve que se están
deteniendo procesos y tratamientos.
Por su parte el vocal del Sindicato, Jesús
Porro, detalló algunas medidas que ya se aprecian en la población, como que se
van a perder 560 médicos; la plantilla de los trabajadores sanitarios ha
descendido un 14%; se eliminarán los quirófanos por la tarde, y habrá menos
puntos de urgencia y menos médicos de guardia.
"Se están
bajando peldaños en la capacidad resolutiva asistencia y de calidad, y ha
lanzado la pregunta a la Administración de ¿qué sanidad queremos de ricos o de
pobres", ha comentado Porro.

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