19 de febrero de 2012

Buen uso de las muletas



Cuando se ha sufrido una fractura o en las etapas iniciales de un esguince de tobillo, lesión de rodilla... y no se puede apoyar la pierna lesionada. Si nos indican que no podemos apoyar, parece elemental, pero hay personas que necesitan que se les deje bien claro: esto quiere decir que, bajo ningún concepto se puede apoyar, puesto que el apoyo provocará dolor y, en el peor de los casos, puede agravar la lesión.


 La altura de la empuñadura de los bastones debe quedar situada aproximadamente a la altura del trocánter mayor de la cadera. Si nos llevamos las manos a los bolsillos, tocando por los laterales de la cintura, notaremos una 'bola'. Esa 'bola' es la articulación de la cadera (más concretamente, el relieve óseo conocido como trocánter mayor). Sabremos que estamos tocando lo que debemos porque el trocánter se moverá cuando movamos la pierna.

Qué pasará si la muleta o bastón está regulada a otra altura.

 Si la empuñadura estuviera más baja que el trocánter mayor, provocará que al andar vayamos inclinados hacia delante.

Si la empuñadura estuviera más alta que el trocánter mayor, nos veremos obligados a flexionar los codos, con lo cual los brazos no estarán trabajando adecuadamente (los brazos deben permanecer completamente rectos durante la marcha con muletas o bastones). Además, los hombros estarán elevados y tensos.
En esta situación, las muletas  no tienen que ayudar a realizar la marcha normal: hay que emplear una marcha modificada, donde el pie lesionado no apoyará. Por lo tanto, ese pie tiene que ir elevado del suelo. Para esto, dos consejos:

 Utilizar en el pie de apoyo un calzado cómodo, firme y que no tenga suela baja. Esto favorecerá que el otro pie, al no llevar calzado -si va con yeso o férula-, quede algo más corto, con lo cual, es más fácil evitar su apoyo.

Regular la altura del bastón para que quede a nivel del trocánter mayor de la cadera o tal vez un poco más alta. Al quedar ligeramente más alta favorecerá que el cuerpo no se incline adelante, evitando así que el pie lesionado se aproxime al suelo.

Cedido por Ortopedia Valmojado 

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