17 de septiembre de 2012

La conducción nocturna: cómo evitar sus riesgos




La conducción nocturna implica un riesgo tres veces mayor que la conducción diurna, por factores como la reducción del campo visual, la fatiga del conductor y mayor velocidad de la vía por la fluidez del tráfico. Casi la mitad de accidentes se produce por la noche: aprende a evitarlo.

El conducir de noche supone que la fatiga aparecerá más rápidamente y con ella, el sueño. Pueden aparecer como síntomas de fatiga, entre otros: dolores o cansancio en los hombros, pesadez en la cabeza o picor en el cuero cabelludo, y en los ojos sensación de lagrimar.

Existen factores clave que influyen en la capacidad visual nocturna como: edad, la fatiga, el alcohol, las drogas, enfermedades, limitaciones visuales concretas, etc.


Descansar antes de coger el coche es fundamental, pero si no es posible y hemos de conducir de noche, pueden realizarse algunos ejercicios físicos tendentes a romper la monotonía del viaje y acelerar la circulación de la sangre.

Por otra parte, el tráfico nocturno suele ser más fluido. Este hecho, hace que el conductor tienda a aumentar la velocidad. Con esto, aumenta el peligro y riesgo de accidente. De hecho, entre las 21 horas y las 5 horas de la madrugada se producen casi el 50% de los muertos en accidentes de tráfico en nuestro país según la DGT.

Lo que debes saber

Conducción nocturna: implica un riesgo tres veces mayor que la conducción diurna.       
Factores que influyen: cansancio, reducción del campo visual y mayor velocidad. 
Fundamental para conducir de noche: ver y ser visto por los demás conductores.

Características de la visión nocturna

- Nuestros ojos necesitan un tiempo de adaptación entre 5 y 7 segundos a la oscuridad para conseguir el 95% de la capacidad visual.

- Existe una limitación de la percepción. Se produce una disminución de la agudeza visual, se aprecian peor los obstáculos y se perturba el sentido de los colores.

- Existe una limitación del campo visual, ajustándose a la zona iluminada por norma general. Las luces del coche deben iluminar eficazmente una zona de unos 100 metros como mínimo con el alumbrado de carretera, y de 40 metros con las luces de cruce.

Cedido por AC Asesores

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